Por Beniezu
Los
acontecimientos en la Venezuela actual son interesantes como lección práctica
para los neófitos en política, y para rebatir a los pesimistas que hablan
de que la revolución bolivariana
está siendo derrotada, pues esta revolución para nada se ha acabado por
el revés electoral sufrido como podrían pensar
aquellos despistados políticos que solo conocen y reconocen el método
de votar como el único medio hacer política progresista y libertadora. Pues
no, no se está acabando con ninguna revolución por la sencilla razón de que no
había ninguna revolución en marcha, lo que se estaba haciendo en Venezuela
siempre han sido puras reformas, cambios formales y progresistas en el modelo de Estado, primero con Chaves y ahora con Maduro, pero no
caigamos en el error de llamar “revolución” a unas reformas más o menos
profundas sin haber tocado siquiera el corazón y la esencia del estado burgués. Revolución es cambio radical con ruptura del
régimen anterior y esto se hace comenzando por cambiar las estructuras del propio
Estado cosa que en Venezuela no se hecho
nada de eso
Es pues preciso
que este cambio debe llegar al corazón
del Estado burgués, desarticular ese Estado y construir un nuevo Estado
socialista, y eso supone la desarticulación del sistema económico capitalista,
la privatización de los principales medios de producción capitalista, y la
intervención del nuevo Estado en todos sus poderes para implantar el nuevo modelo
de Estado. En una palabra desarticular a la burguesía como sujeto político, privarle de sus poderes y resortes
organizativos y políticos. Poderes que
serán suplantados por aquellos
otros representativos de la clase trabajadora que será en adelante el único
sujeto político que controlara el nuevo Estado socialista. Y algunos, despistados pensaras que eso es una “dictadura” le llamaran a esto “dictadura del
proletariado” y se asustaran de semejante y tremebunda palabra. Pero calma no
nos dejemos llevar por la propaganda barata de la burguesía, pues este va ser el único camino a seguir si
queremos continuar por la senda del progreso, y no porque, los comunistas son
malvados, y antidemocráticos, según los cuentos burgueses, no, simplemente
porque para hacer la revolución socialista es preciso desarticular y desarmar a
la burguesía como fuerza política y esta no es una prerrogativa de los
revolucionarios comunistas, es también el estilo de la burguesía pues esta
clase social NUNCA permitirían ser
desplazados del poder sin revelarse con
las armas. La historia moderna nos dice que
así ha sido siempre. Recomiendo leer el enlace incluido donde se explica esta necesidad (1)
Las
elecciones, el sufragio universal, son un método inventado y patentado por la clase social burguesa no para hacerse con el poder pues este poder ya lo
tiene en sus manos al controlar el Estado aquí y ahora y en todos aquellos
estados Occidentales que controla la burguesía. Las elecciones las utiliza para
justificarse ante el pueblo haciéndole creer de su elección, de que a las
masas, a los “ciudadanos”, se le da la
facultad de poder votar “democráticamente” y así escoger un gobierno, nos dirán, que es “democrático” porque ha
sido elegido por la mayoría. No olvidemos nunca que los estados donde rige
la llamada democracia burguesa son estados donde la clase dirigente es la
burguesía y ejerce su poder día y noche en todos los ámbitos desde el poder económico, mediático,
ideológico, burocrático, publicitario etc. etc. Y esto quiere decir que dispone
de un enorme poder disuasoria para marcar módulos de opinión y teledirigir
tendencias electorales, y donde las posibilidades para darse a conocer y
promocionarse mediáticamente un partido
autentico de izquierda -de IZQUIERDAS
quiere decir que cuestiona este
Régimen y es opositor al sistema
capitalista- son prácticamente nulas, fundamentalmente por falta de medios
económicos.
Y claro está , en el Estado español, no
me estoy refiriendo como izquierda al
partido llamado Podemos , pues este partido desde su nacimiento ha tenido una
enorme cobertura de los medios , prensa y TV, del Régimen, que son los que le
han sacado de la nada y le han dado vida
y notoriedad, lo cual ya lo encasilla como partido del propio Régimen, un
partido que ha sido promocionado por él para crear la ilusión del
cambio ante unas masas, actualmente muy
desengañadas políticamente de la farsa del bipartidismo. Y así tener una
alternativa “diferente “para la continuidad de propio Régimen, ahora
promocionando una “cosa” vestida de “progresista”. Lo que no es precisamente
novedad pues es una burda copia de lo que fue en la llamada “Transición” el
papel del PSOE.
Y no nos
llevemos a engaño en la ilusión de que en aquellos Estados donde rigen las
formas de la democracia burguesa esta
permite por medio de sus métodos electorales que cualquier partido de
izquierdas tras alcanzar electoralmente el
Poder del gobierno podría llevar unas
política populares tras acometer
reformas profundas políticas y económicas para ponerlas al servicio de las clases trabajadoras, las
más desfavorecidas, de forma pacífica y
democrática.
Venezuela no es un caso aislado de entre
aquellos gobiernos progresista que son víctimas de acoso por las burguesías propias e
internacionales. En la actualidad el mundo puede observar como la reacción
burguesa global, comandada por los EEUU, están conspirando con infinidad de
marrullerías para desmoronar el gobierno chavista, tras haber fracasado el
golpe de estado clásico en 2002 contra
el propio Chaves, ahora con un “golpe blando “con la intención de recuperar el
gobierno. Venezuela parece ser un país
muy apetecible para el imperialismo Yanqui y no es de extrañar dada las enormes
riquezas petroleras que posee, pues en
este país se dieren no pocos golpes militares. Estos fueron en 1835, 1858, 1899, 1908, 1945, 1945, 1948,
1958, 1962, 1992 y2002.
La historia
moderna está repleta de casos en toda la
geografía mundial donde se han dados infinidad
de casos de arrasar con gobiernos
progresistas que aunque es muy abundante y
significativa, la propia burguesía se preocupa de silenciarlos y ningunearlos
por razones obvias de de auto defenderse
de sus vergüenzas. El frente popular en la II República española donde la
izquierda se hizo con el gobierno en 1936, Salvador Allende en Chile 1973 donde pretendía aplicar el socialismo
legal y pacíficamente, Brasil en 1964
acusando de comunista al presidente electo Joao Goulart que solo pretendía
llevar reformas que no gustaban al Imperialismo USA, y en la actualidad también
ahora y en Brasil el “Golpe blando “contra Dilma , para apartar del poder al PT
un partido progresista que estaba
implementando grandes reformas antiliberales etc. etc. y otros muchos gobiernos
democráticos más fueron derrocados violentamente.
En la actualidad en Venezuela, fracasadas
otras tentativas se pretenden boicotear su proyecto bolivariano con sucias
argucias económicas y políticas, y además teniendo el apoyo internacional de
los estados burgueses más recalcitrantes comandados por los EEUU. Jamás en la
historia moderna la burguesía ha permitido que un gobierno socialista o
apenas progresista, se alce con el poder
de los votos democráticamente, utilizando los recursos electorales de su propia democracia para aplicar un proyecto político socialista incluso
socialdemócrata que supondría para las
elites burguesas dejar de recaudar y acumular significativas cantidades de ganancia. Porque no olvidemos
que en política se trata de favorecer a unas clases sociales o a otra, lo que
suponga beneficio y progreso para las clases populares y trabajadoras significa
enormes pérdidas de ganancia material para estas elites. Y este dato que no es
nada banal, es preciso tener en cuenta,
para no repetir errores históricos, cuando tengamos la intención de
planificar proyectos políticos de
izquierda propios empleando esquemas y modelos que fueron creados y empleados por la burguesía
exclusivamente para ser empleado en su propio beneficio.
La llamada democracia
burguesa, y todos sus recursos del poder
estatal e institucional han sido
diseñados por y para defender los intereses de la burguesía, todo está hecho a
la medida de sus necesidades, disponen de grandes y variados recursos en forma
de organización, experiencia, poderes
políticos y posibilidades practicas que
les suele permitir cotas de
control, influencia, poderes facticos y
reales de todo tipo.
Quien tiene
el poder económico y mediático sobre todo, dominara en todos los ámbitos,
siempre será superior y más efectivo a los poderes que puedan implementar los
trabajadores y organismos populares a
trabes de sus organismos de clase y de base con sus posibilidades organizativas
a nivel popular o institucional.
La burguesía en
los estados capitalistas es la clase
social dominante, lo es y seguirá siendo aunque haya perdido unas elecciones y
sea presuntamente expulsada del gobierno por unas izquierdas progresistas. No olvidemos, que el parlamento el gobierno,
incluso todos sus aparatos burocráticos del estado son tentáculos de poder consolidados y afianzados bajo el
prisma de los intereses del Estado al servicio de la burguesía. Son muchas
cotas de poder, reales y facticos enquistados tras décadas y décadas de actuar
con su peculiar “estilo, “prejuicios,
formas y vicios de trabajar propios de la
burguesía, donde la corrupción suele campear a sus anchas. Se podrá cambiar a
un ministro progresista pero toda la maquinaria burocrática seguirá estando envenenada de modales vicios y vínculos con la burguesía, que no son para
nada progresistas. La sombra y los tentáculos de la burguesía será constante y
amenazante, sobre todo en aquellos territorios del control económico que los empleara para entorpecer y
boicotear los planes del nuevo gobierno progresista, tal y como está ocurriendo
hoy en Venezuela.
Y estos poderes,
están enquistados en la burocracia estatal e incrustada en los estamentos del
estado, en el poder judicial, militar, policial etc. El enorme poder económico de la burguesía les va facilitar
siempre cotas de superioridad a la hora
de implementar una actividad política
subversiva que será difícil de detectar
y neutralizar y no digamos el posibilismo de su enorme poder mediático controlado
por las grandes corporaciones de la información capaz de crear matrices de
opinión máximamente manipulando conciencias y orientaciones electorales
.Controlando la economía y sus canales de producción y distribución, incluso
creando situaciones de crisis alimentaria y de productos básicos,
que les permitirán tarde o temprano dominar y controlar incluso el rumbo
de las elecciones, tal y como ha ocurrió en la última llamada electoral en Venezuela.
La burguesía
tiene muchos recursos, uno de ellos es el poder mediático, o sicológico del cual tenemos que decir es potente y de
enorme efectividad sobre todo entre las clases medias a las que las manipulara sin demasía
esfuerzo. Y el más brutal de sus poderes suele ser el ejercito, sus cuadros de mando, que casi
siempre suelen estar predispuestos a ser arrastrados a la aventura golpista por
el recurrente “la patria en peligro”
eufemismo para justificar su casi
siempre posicionamiento al lado del capital y de la ideología burguesa. Aunque
también suele posicionarse, en casos excepcionales al lado del pueblo llano, tal y como ocurrió
en Venezuela con el comandante Hugo Chaves.
Los
trabajadores como clase social mayoritaria
en la sociedad, para alcanzar y dominar el poder político de forma efectiva solo podrán hacerlo
articulando su propio método y modelo de
Estado, diferenciado de aquel otro que en su día construyo la burguesía, y para ellos se debe construir un nuevo Estado
REVOLUCIONARIO. El viejo Estado ya no es operativo para los nuevos
tiempos, su vieja maquinaria ya solo sirve para entorpecer la marcha de la
historia.
Y ablando en
términos de “legalidad” en el terreno de juego, en los métodos diríamos
correctos no escritos pero aceptados implícitamente si la burguesía los emplea,
porque no va poder hacerlo la clase social
trabajadora y sus organismos representativos. ¿Porque no va articular la
estrategia, el terreno de juego, las normas del juego y entrenar a sus propios
jugadores para el enfrentarse a los métodos y martingalas burguesas? Es una
falacia y un engaño llamar de democrático a las reglas de juego de la llamada
“democracia” burguesa, puesto que siempre ganaran ellos mismos, siempre ganaran los que
escribieron las normas del juego político. Siempre ganaran los propietarios del campo de juego, los que
pones sus árbitros, sus jueces, linieres, la policía que cuida el campo etc.
etc.