sábado, 19 de abril de 2014

ANARQUIA O EL DESPILFARRO DE LA ENERGIA REVOLUCIONARIA

Por beniezu

           En principio quiero aclarar que tengo todo mi respeto y reconocimiento en todos aquellos/as activistas anarquistas, que conscientes  de la inhumana, destructora y opresora naturaleza del sistema capitalista han asumido compromisos de lucha y sacrificio cuestionando el Sistema dando en muchos casos hasta su vida 


          Admiro su entrega combativa e desinteresada, argumentos estos que siempre serán imprescindibles en todas las luchas revolucionarias, Pero no así concuerdo con  su metodología de lucha, mejor sería decir su falta de metodología, pues en sus planteamientos ideológicos se rechaza la necesaria y estratégica construcción de un Partido controlado y dirigido por la clase trabajadora, como necesaria e inevitable paso para la construcción de un Estado socialista.



            Su ideología, más bien su falta de ideología, les impide someterse a disciplina alguna y mucho menos a la de un partido, y esto, en lugar de ser una virtud es un enorme impedimento para que cualquier energía combatiente cuaje y se desarrolle, e inevitablemente  hace que se diluya  y despilfarre. Se podría decir que toda su energía movida por impulsos nobles y  espontáneos, por falta de la necesaria y vital organización y dirección, acabara siempre   reduciéndose en unas efímeras y simples intenciones frustradas.


           También está de actualidad, del cual también hablaremos, el fenómeno  filo-anarquista y hasta filo -fascista , del 15M, DRY y  otras movidas,  de la ocupación de las plazas públicas por colectivos de descontentos con el Sistema, y creo que no ando muy desatinado si digo que el ideario dominante entre estos colectivos es el anarquismo o filo anarquismo, vista las consignas lanzadas en las ocupaciones y por internet que desencadenaros las movilizaciones y visto su funcionamiento, las  asambleas y fórum de debates que se dieron. Su tónica mayoritaria ha sido   de  tono “apolítico”, sin posicionamiento, voluntarista, libertario etc.

    Y unas masas, que  por causa de su falsa o escasa formación ideológica, su pregonado exhibicionismo de un presunto “apoliticismo” lo atestiguan, suelen ser  presas fáciles para asimilar ideas anarcas y también populistas cercanas al fascismo  

                                                   INGIENERIA POLITICA

          Cuando me hablan del anarquismo como movimiento revolucionario, o transformador, me recuerda a la energía que se acumula en un recipiente lleno de agua sometido a calor hasta que llega a la ebullición.  Es una gran energía que, por sí misma si no la encauzamos y si no la manipulamos con argumentos de la física y de la técnica, su energía se evaporara, se  perderá sin haberse podido   transformar  en energía controlada

                Y de eso se trata, que aunque estemos hablando de política es de la energía donde debemos centrar el debate. En física y también en política, la clave está en dominar la energía que tras conocer la naturaleza de una materia concreta hay que desarrollar las técnicas y herramientas necesarias para su  control, trasformación y aprovechamiento

            Y  de ese modo, conocido la naturaleza y el potencial energético de la presión sobre un recipiente cerrado, este puede ser utilizado por medio de técnicas y mecanismos  para aprovechar, controlar, organizar y manipular su energía, tendremos una poderosa máquina de vapor generadora de energía que  será aprovechada   en aquello que nos interese.

           Una energía potencial, que en casos, no siempre es  positiva, puede ser también negativa. Si cerramos herméticamente el recipiente el resultado será una explosión descontrolada que quizás producirá grandes destrozos, o puede ser un desaprovechamiento de su vapor por fuga, donde su energía se diluiría en la nada. 
           Y aquí tenemos un ejemplo bien grafico de cuál sería la actitud de un movimiento descontrolado de masas humanas, de su potencial energético generado, sin control ni dirección.  Cuál sería su incidencia dentro de una situación de luchas revolucionarias. Negativa, en mi opinión, porque son energías perdidas que crean  frustración.  No podemos entender la política, como algo propio del voluntarismo romántico, del querer es poder, solo con el motor de nuestros corazones y nuestra voluntad de triunfar.

                Estos son factores energéticos imprescindibles en la lucha, pero también es imprescindible una hoja de ruta, un plan de lucha, es decir de una estrategia, que incluía la planificación el análisis, y el estudio del tipo de herramientas  y formas de organización  necesarias para acometer la, no pequeña tarea, de transformar o revolucionar la sociedad.

          Y esta tarea, no es cosa de aficionados voluntaristas, es tarea de “técnicos”  en el oficio revolucionario, en la experiencia, y en la concienciación política. No es ninguna enseñanza ni título que se adquiere  en ninguna escuela ni universidad. Se  adquiriendo en los “cursos” de  la lucha diaria codo a codo con las masas indignadas y en lucha, y en la experiencia que esta lucha marca en el luchador.  

           A medida que las luchas y movilizaciones avancen y tras los necesarios análisis  concretos del “campo de batalla”, irán surgiendo las respuestas y la clarificación de los objetivos prioritarios, se conocerá mejor al amigo y al enemigo, sus armas potenciales y sus debilidades y que herramientas utilizar. 
            De todo ello se elaboran los métodos formas y caminos a seguir, caminando y a la vez  construyendo el camino y las estaciones  necesarias para encarar  toda batalla. Y de este camino es de donde irán surgiendo los cuadros y  los dirigentes y  la propia estrategia a seguir

             No se trataría pues de jerarquizar y planificar el proceso revolucionario de forma piramidal, de arriba a abajo. a través de “lideres” externos que saben hablar muy bien pero que nadie conoce sino que serán lideres legitimados por su historial de lucha y experiencia entre las masas y para las masas, desde la base misma hacia arriba, desde las entrañas mismas de la indignación acumulada entre las masas, desde esa energía generada transformada y positivada ahora en organización  planificación y lidéranzas

             Y es solo desde estos parámetros donde  la conciencia  revolucionaria de las masas trabajadoras, conscientes de su capacidad y poder en las luchas, donde se adquiere su dimensión de conciencia de clase, y su sentido en el momento histórico de ser los protagonistas de la historia, asumiendo que la clase trabajadora será la protagonista del cambio y de la transformación social. Que serán, en definitiva, los representantes políticos de los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad, la que comande la política. 
         Estamos hablando de una necesaria Ingeniera política para la construcción de una nueva sociedad más justa. La improvisación carente de dirección, en todo tipo de  proyectos de envergadura, nunca serán trabajos serio, serán siempre tareas de  aficionados que estarán  abocados al fracaso porque el enemigo que está enfrente no tiene nada de aficionado. Esta perfectamente organizado estructurado  armado y concienciado de cuáles son sus intereses. La burguesía lleva siglos de experiencia en la tarea de defender sus intereses.

              Porque se trata de derrotar y rendir al Estado burgués representante de la su clase social, un Estado afianzado y controlado por la clase social de la burguesía para la defensa de sus intereses de clase. Muy bien asentado y estructurado tras varios siglos de tenerlo sobre su control, pues controlan todos sus poderes básicos, Legislativo, judicial, ejecutivo, mediático, militar etc.

              Voy a centrarme en los aspectos ideológicos dejando aparte otros aspectos del ideario anarquista  por ejemplo  sus formas de organizar la sociedad en una  utópica sociedad libertaria, formas que hasta ahora, que yo sepa, nunca ha acontecido en una forma continua y consolidada. Mientras que su ideario sí que ha estado y está presente en parte de la gente combativa anti sistema.

          La ideología anarquista, de alguna forma hay que llamar a su catálogo de principios y valores libertarios,  porque un anarquista consecuente se ufana de no tener ideología, pretende ser tan puro y libre que considera las ideologías, la autoridad, y la disciplina, una cadena que amarra su libre albedrío como persona. Es conocida su premisa de  “Ni dios  ni patria ni rey” No acepta ninguna autoridad, ni humana, ni divina. No acepta normas establecidas, es casi el  anti todo aquello que  le prive de su concepto de libertad

             El centro del universo es el Individuo y su libre albedrio. Podríamos decir que es  aquel negativismo desafiante, (un cuadro médico de la psiquiatría relativo un trastorno del comportamiento social) llevado a la sublimación política.  A la actitud de dar forma  y contenido “ideológico”  a una actitud de rechazo generalizada al hipócrita estatus social surgido del status generada por la burguesía, al que el individuo es sometido con sus normas y leyes para la convivencia social en la sociedad capitalista

            El anarquismo pone todo su énfasis en el rechazo al Status político-social burgués, pero no solo al Sistema ideológico cultural en sí mismo, sino al conjunto de los elementos que componen el estado burgués, compuesto por su entramado ideologico-politico y sus estructuras organizativas administrativas etc. que forman la totalidad del  Estado.  El anarquismo  identifica el contenido ideológico de la ideología burguesa  y el recipiente, las estructuras del estado, como un todo indivisible del Sistema burgués.

       Y así plantean la liberación de la humanidad destruyendo no solo su estructura ideológica, leyes, ideología, valores y la hipócrita moral del sistema político burgués, sino también su infraestructura estatal, a  su maquinaria que hace posible que el estado funcione.  Considerando al estado como un todo indivisible y dañino.
  
           Seria, exagerando los términos, la actitud de aquel que un día se enveneno bebiendo vino embotellado en una garrafa de vidrio, y decidió jamás tomar vino en su vida, y tampoco tener en sus manos una garrafa  de vidrio. 

.              En nuestros tiempos los contenidos del ideario anarquista, lógicamente son muy diferentes a aquellos de la época de Bakunin y de la I internacional. Entonces y ahora el impulso motriz que movía a los libertarios  es la actitud de odio y rechazo a sus  formas insoportables de explotación y dominio y a la propia ideología dominante que la burguesía siempre ha impuesto a las sociedades controladas por ella. Lo que ha cambiado ha sido las formas de expresar estos contenidos de alienación y explotación.

          Por ejemplo el grado de sociedad del bienestar social alcanzado por la clase obrera, que como podemos comprobar es inseguro y efímero. El grado de sometimiento a las masas al fetichismo del consumo, y a su alienación apolítica. La despolitización de las masas convertidas en una especie de zombis televisivos, etc. Son aspectos que  ni soñaban aquellos “famélicas legiones” anarquistas del siglo XIX,

                 En mi opinión un individuo anarquista, sobre todo ese anarquista que destaca , que lo lleva en la sangre, no se hace , nace , ya viene a este mundo con , diríamos, con el ADN anarquista. Y es aquel que también tiene un perfil  psicológico extremamente egocéntrico, de carácter muy fuerte y dominante, valga la redundancia porque el anarquismo es anti autoridad, es impecable e indomable en sus ideas, y como buen egocéntrico está lleno de pre conceptos inamovibles, pre conceptos del ideario anarquista .

          Y así su indomable impulso hacia la libertad individual, a la que confiere  un valor absoluto y egocéntrico, incluso anulando el concepto socialista de la libertad que supedita el interés colectivo al interés individual o minoritario. De ahí se entiende que un buen anarquista desprecie los valores socialistas de la colectividad, que suelen justificar y promocionar la autoridad y las medidas autoritarias sobre las minorías para defender a las mayorías. (La mal  llamada “dictadura del proletariado”) Cosa, por otra parte que es y ha sido común en el proceder de las sociedades civilizadas y democráticas. 

            El centro de su mundo es su ego, su individualismo, todo lo ve a través de su ego. Aunque este modelo de anarquista no suele ser muy común, pero si el que suele destacar. Aquí  con este individualismo extremo se puede entender también su fobia por el marxismo, al igual que su desprecio por el capitalismo. Este aspecto del anti los dos extremos es digno de analizarlo porque explica bastante bien las  enormes contradicciones que acarrean sus ideas.

           Odian al comunismo, dicen porque no aceptan ninguna dictadura ni tampoco la “dictadura del proletariado” (termino manqueado y desnaturalizado por el Sistema, que lo sigue utilizando como arma ideológica, ya fuera de contexto) “dictadura”, término que nunca dejara de ser aquellas  formas de controlar y evitar los inevitables movimientos contrarrevolucionarios por parte de la burguesía.

          Y esta fobia del anarquismo hacia las formas “duras”  preventivas contra los enemigos de la  revolución,   sugiere una gran  duda sobre el “método” y la denominación que el anarquismo daría al hecho de tomar esas medidas contrarrevolucionarias  para evitar la implantación de las transformaciones sociales.  Como se podría evitar que el enemigo se organice, haga proselitismo agresivo, se arme, conspire y  ataque unos posibles cimientos del anarquismo. O quizás piensan que la burguesía no se va revolver y va permitir las trasformaciones sociales sin más.

                 Y el mismo planteamiento podremos hacer hacia su rechazo al Estado como estructura de poder, como herramienta estratégica imprescindible para la construcción del socialismo. Es como si adoraríamos el vino y rechazaríamos  la  necesidad  de un recipiente para la manipulación del líquido, sería complicado manipular y beber ese vino.

             La radicalización contra el estado burgués, lo es en función de la naturaleza de su sistema endógeno de explotación del hombre por el hombre  y de sus inhumanas consecuencias. El estado es la herramienta que materializa  esas  labores opresivas alienantes y destructivas hacia la sociedad que  controla, y que incluye su ideología dominante  

              Su finalidad es la de controlar y defender el Sistema de “explotación del Hombre por el hombre”. La de la dominación de la clase burguesa a la clase trabajadora, que nadie lo dude, y este aspecto, marca su naturaleza represiva contra sus enemigos de clase.

             Cuando cambien las tornas, y sea la clase trabajadora, la que controle  el estado y lo ponga al servicio prioritario de esta clase, es decir del  pueblo mayoritario,  no tiene por qué temer la represión, ni ningún tipo de “dictadura del proletariado”. Los que sí  que deberían temer son los elementos díscolos y contrarrevolucionarios de la burguesía. Ejemplo grafico lo tenemos en el actual estado burgués. Los elementos revolucionarios que conspiran contra el estado burgués  sí que son perseguidos, incluso con dictaduras por medio, cuando esas burguesías se han dotado de un estado dictatorial. Y sin embargo, los adictos al estado burgués, nada tienen que temer. 
     
          Las diferencias cualitativas políticas están bien claras, independientemente de que ambos utilices el estado como medio para fines distintos. Sería absurdo prescindir de la necesaria herramienta del estado, porque las estructuras físicas de este fueron utilizadas por el “enemigo”, incluidos algunos de sus métodos coercitivos.

            Los anarquistas dicen no estar de acuerdo con ningún tipo gobierno porque creen que este es portador del virus de la corrupto y el autoritario y tiene el germen de la dictadura, ignorando que ese germen, es independiente del estado, es intrínseco del propio sistema capitalista, pues este suele ser  el motor que activa toda su esencia destructiva, el lucro y la avaricia y la propiedad privada de los medios de producción.

        El anarquismo jamás tuvo en la historia  un gobierno rector, tampoco lo han procurado puesto que  no son partidarios de ello para poner en práctica unas formas de ‘Auto gestionar” la sociedad anarquista .Como no han tenido experiencia queda para la posteridad  la gran  duda  de cómo podrían llevar a la práctica sus programas sociales colectivistas, comunitarios, etc.

      Pero volvamos a su individualismo, Bakunin, el máximo ideólogo del anarquismo sobre todo en su vertiente social  estuvo imbuido y  comprometido en luchas por un “socialismo” utópico que incluso le llevaron a la cárcel. Pero esta forma de socialismo además de utópico en el sentido de una sociedad perfecta, idílica, una sociedad sin clases, sin patronos, sin mandos, sin organización etc. que  seria llevada a cabo por hombres y mujeres de buena voluntad y de buenos sentimientos. El voluntarismo y el compañerismo serian las leyes que regirían la nueva sociedad, sin leyes escritas.

          . Para Bakunin, los conceptos poder, dirección, burocracia, eran términos nefastos que la nueva sociedad anarquista tendría que descartarlos  y  suplantarlos por un poder y una  dirección colectiva, alejada de la burocracia, pues estas estarían todas ellas contaminadas potencialmente. 
   
        Estas ideas  colectivistas eran propias de una época histórica  determinada, Bakunin murió en 1876, en los comienzos de la expansión  de la industrialización capitalista época también de los comienzos de una explotación salvaje a los trabajadores, donde las ideas revolucionarias extremas cuajaban sin demasiada insistencia, y uno no se imagina como  podrían encajar estos  “métodos” en el quehacer  productivo  en las sociedades industriales modernas. Los defensores del anarquismo dicen que eso sería aspectos técnicos a resolver en su momento y que lo importante es la toma del poder por las masas.

       De todas formas el papel del estado como herramienta política cuya función coercitiva y administrativa se supone que no es infinita, se supone que tendrá fecha de caducidad en un futuro estado comunista ideal e utópico, tras ser superada la fase del socialismo, donde la inexistencia de las clases sociales condicionarían la convivencia y la concordia entre los ciudadanos. “Muerto el perro se acabó la rabia”

              Desde el punto de vista del marxismo el Estado es una herramienta esencial para el poder,  independientemente de  que clase social este  en ese poder, y suele adquirir  formas y contenidos de acuerdo a sus momentos históricos y a sus  necesidades clasistas, independientemente de la clase social que lo gobierne.
 
           Cuando estas clases sociales hayan dejado de existir se supone que no tendría sentido  la existencia del estado  y este estado se extinguirá por sí mismo, al menos tal y como entendemos el estado hoy en día, con sus funciones coercitivas y de control. Y esta es también una diferencia esencial  de entender el estado entre marxistas y anarquistas, las etapas para llegar al mismo destino. El anarquismo, parece, que  con su impaciencia por conseguir una sociedad perfecta, quisiera llegar al destino final, saltándose la etapa básica del estado. 

             Y también no estaría de más aclarar que sería demasiado aventurado adelantar las formas del futuro estado socialista surgido tras la toma del poder por la clase trabajadora. Como decía la canción, “se hace camino al andar “sabemos a dónde vamos, pero los caminos y demás herramientas para el viaje hay que construirlas sobre la marcha de acuerdo a las peculiaridades y condiciones de cada sujeto, y los ejemplos históricos del vecino nos deben servir como referencia no como copia.



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