Por beniezu
En principio quiero aclarar que tengo todo mi
respeto y reconocimiento en todos aquellos/as activistas anarquistas, que
conscientes de la inhumana, destructora
y opresora naturaleza del sistema capitalista han asumido compromisos de lucha
y sacrificio cuestionando el Sistema dando en muchos casos hasta su vida
Admiro su entrega combativa
e desinteresada, argumentos estos que siempre serán imprescindibles en todas
las luchas revolucionarias, Pero no así concuerdo con su metodología de lucha, mejor sería decir su
falta de metodología, pues en sus planteamientos ideológicos se rechaza la
necesaria y estratégica construcción de un Partido controlado y dirigido por la
clase trabajadora, como necesaria e inevitable paso para la construcción de un
Estado socialista.
Su ideología, más bien su falta de
ideología, les impide someterse a disciplina alguna y mucho menos a la
de un partido, y esto, en lugar de ser una virtud es un enorme impedimento para
que cualquier energía combatiente cuaje y se desarrolle, e inevitablemente hace que se diluya y despilfarre. Se podría decir que toda su
energía movida por impulsos nobles y espontáneos,
por falta de la necesaria y vital organización y dirección, acabara siempre reduciéndose en unas efímeras y simples
intenciones frustradas.
También está de actualidad, del cual
también hablaremos, el fenómeno filo-anarquista
y hasta filo -fascista , del 15M, DRY y otras movidas, de la ocupación de las plazas públicas por
colectivos de descontentos con el Sistema, y creo que no ando muy desatinado si
digo que el ideario dominante entre estos colectivos es el anarquismo o filo
anarquismo, vista las consignas lanzadas en las ocupaciones y por internet que
desencadenaros las movilizaciones y visto su funcionamiento, las
asambleas y fórum de debates que se dieron. Su tónica mayoritaria ha
sido de tono “apolítico”, sin
posicionamiento, voluntarista, libertario etc.
Y unas masas, que por causa de su falsa o escasa formación ideológica, su pregonado exhibicionismo de un presunto “apoliticismo”
lo atestiguan, suelen ser presas fáciles para asimilar ideas anarcas y también
populistas cercanas al fascismo
INGIENERIA POLITICA
Cuando me hablan del anarquismo como
movimiento revolucionario, o transformador, me recuerda a la energía que se
acumula en un recipiente lleno de agua sometido a calor hasta que llega a la
ebullición. Es una gran energía que, por
sí misma si no la encauzamos y si no la manipulamos con argumentos de la física
y de la técnica, su energía se evaporara, se
perderá sin haberse podido transformar en energía controlada
Y de eso se trata, que aunque estemos hablando
de política es de la energía donde debemos centrar el debate. En física y
también en política, la clave está en dominar la energía que tras conocer la
naturaleza de una materia concreta hay que desarrollar las técnicas y herramientas
necesarias para su control, trasformación
y aprovechamiento
Y de ese modo, conocido la naturaleza y el
potencial energético de la presión sobre un recipiente cerrado, este puede ser utilizado
por medio de técnicas y mecanismos para aprovechar,
controlar, organizar y manipular su energía, tendremos una poderosa máquina de
vapor generadora de energía que será aprovechada
en aquello que nos interese.
Una energía potencial, que en casos,
no siempre es positiva, puede ser
también negativa. Si cerramos herméticamente el recipiente el resultado será
una explosión descontrolada que quizás producirá grandes destrozos, o puede ser
un desaprovechamiento de su vapor por fuga, donde su energía se diluiría en la
nada.
Y aquí tenemos un ejemplo bien
grafico de cuál sería la actitud de un movimiento descontrolado de masas humanas,
de su potencial energético generado, sin control ni dirección. Cuál sería su incidencia dentro de una
situación de luchas revolucionarias. Negativa, en mi opinión, porque son energías
perdidas que crean frustración. No podemos entender la política, como algo
propio del voluntarismo romántico, del querer es poder, solo con el motor de
nuestros corazones y nuestra voluntad de triunfar.
Estos son factores energéticos imprescindibles
en la lucha, pero también es imprescindible una hoja de ruta, un plan de lucha,
es decir de una estrategia, que incluía la planificación el análisis, y el estudio
del tipo de herramientas y formas de organización
necesarias para acometer la, no pequeña tarea,
de transformar o revolucionar la sociedad.
Y esta tarea, no es cosa de aficionados voluntaristas, es tarea de “técnicos”
en el oficio revolucionario, en la experiencia,
y en la concienciación política. No es ninguna enseñanza ni título que se
adquiere en ninguna escuela ni
universidad. Se adquiriendo en los “cursos”
de la lucha diaria codo a codo con las
masas indignadas y en lucha, y en la experiencia que esta lucha marca en el
luchador.
A medida que las luchas y
movilizaciones avancen y tras los necesarios análisis concretos del “campo de batalla”, irán surgiendo
las respuestas y la clarificación de los objetivos prioritarios, se conocerá mejor
al amigo y al enemigo, sus armas potenciales y sus debilidades y que herramientas
utilizar.
De todo ello se elaboran los métodos
formas y caminos a seguir, caminando y a la vez
construyendo el camino y las estaciones necesarias para encarar toda batalla. Y de este camino es de donde
irán surgiendo los cuadros y los
dirigentes y la propia estrategia a
seguir
No se trataría pues de jerarquizar y
planificar el proceso revolucionario de forma piramidal, de arriba a abajo. a través de “lideres”
externos que saben hablar muy bien pero que nadie conoce sino que serán lideres
legitimados por su historial de lucha y experiencia entre las masas y para las
masas, desde la base misma hacia arriba, desde las entrañas mismas de la
indignación acumulada entre las masas, desde esa energía generada transformada y
positivada ahora en organización planificación
y lidéranzas
Y es solo desde estos parámetros
donde la conciencia revolucionaria de las masas trabajadoras, conscientes
de su capacidad y poder en las luchas, donde se adquiere su dimensión de conciencia
de clase, y su sentido en el momento histórico de ser los protagonistas de la
historia, asumiendo que la clase trabajadora será la protagonista del cambio y de
la transformación social. Que serán, en definitiva, los representantes políticos
de los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad, la que comande la política.
Estamos hablando de una necesaria
Ingeniera política para la construcción de una nueva sociedad más justa. La
improvisación carente de dirección, en todo tipo de proyectos de envergadura, nunca serán trabajos
serio, serán siempre tareas de aficionados que estarán abocados al fracaso porque el enemigo que está
enfrente no tiene nada de aficionado. Esta perfectamente organizado
estructurado armado y concienciado de cuáles
son sus intereses. La burguesía lleva siglos de experiencia en la tarea de
defender sus intereses.
Porque se trata de derrotar y
rendir al Estado burgués representante de la su clase social, un Estado
afianzado y controlado por la clase social de la burguesía para la defensa de
sus intereses de clase. Muy bien asentado y estructurado tras varios siglos de
tenerlo sobre su control, pues controlan todos sus poderes básicos, Legislativo,
judicial, ejecutivo, mediático, militar etc.
Voy a centrarme en los aspectos ideológicos
dejando aparte otros aspectos del ideario anarquista por ejemplo
sus formas de organizar la sociedad en una utópica sociedad libertaria, formas que hasta ahora,
que yo sepa, nunca ha acontecido en una forma continua y consolidada. Mientras
que su ideario sí que ha estado y está presente en parte de la gente combativa anti
sistema.
La ideología anarquista, de alguna forma hay
que llamar a su catálogo de principios y valores libertarios, porque un anarquista consecuente se ufana de no
tener ideología, pretende ser tan puro y libre que considera las ideologías, la
autoridad, y la disciplina, una cadena que amarra su libre albedrío como persona.
Es conocida su premisa de “Ni dios ni patria ni rey” No acepta ninguna autoridad,
ni humana, ni divina. No acepta normas establecidas, es casi el anti todo aquello que le prive de su concepto de libertad
El centro del universo es el
Individuo y su libre albedrio. Podríamos decir que es aquel negativismo desafiante, (un cuadro médico
de la psiquiatría relativo un trastorno del comportamiento social) llevado a la
sublimación política. A la actitud de
dar forma y contenido “ideológico” a una actitud de rechazo generalizada al
hipócrita estatus social surgido del status generada por la burguesía, al que el
individuo es sometido con sus normas y leyes para la convivencia social en la
sociedad capitalista
El anarquismo pone todo su énfasis en
el rechazo al Status político-social burgués, pero no solo al Sistema ideológico
cultural en sí mismo, sino al conjunto de los elementos que componen el estado burgués,
compuesto por su entramado ideologico-politico y sus estructuras organizativas
administrativas etc. que forman la totalidad del Estado.
El anarquismo identifica el
contenido ideológico de la ideología burguesa y el recipiente, las estructuras del estado,
como un todo indivisible del Sistema burgués.
Y así plantean la liberación de la humanidad destruyendo no solo su
estructura ideológica, leyes, ideología, valores y la hipócrita moral del sistema
político burgués, sino también su infraestructura estatal, a su maquinaria que hace posible que el estado
funcione. Considerando al estado como un
todo indivisible y dañino.
Seria, exagerando los términos, la
actitud de aquel que un día se enveneno bebiendo vino embotellado en una
garrafa de vidrio, y decidió jamás tomar vino en su vida, y tampoco tener en
sus manos una garrafa de vidrio.
. En nuestros tiempos los
contenidos del ideario anarquista, lógicamente son muy diferentes a aquellos de
la época de Bakunin y de la I internacional. Entonces y ahora el impulso motriz
que movía a los libertarios es la actitud
de odio y rechazo a sus formas
insoportables de explotación y dominio y a la propia ideología dominante que la
burguesía siempre ha impuesto a las sociedades controladas por ella. Lo que ha
cambiado ha sido las formas de expresar estos contenidos de alienación y
explotación.
Por ejemplo el grado de sociedad del
bienestar social alcanzado por la clase obrera, que como podemos comprobar es inseguro
y efímero. El grado de sometimiento a las masas al fetichismo del consumo, y a su
alienación apolítica. La despolitización de las masas convertidas en una
especie de zombis televisivos, etc. Son aspectos que ni soñaban aquellos “famélicas legiones”
anarquistas del siglo XIX,
En mi opinión un individuo
anarquista, sobre todo ese anarquista que destaca , que lo lleva en la sangre,
no se hace , nace , ya viene a este mundo con , diríamos, con el ADN
anarquista. Y es aquel que también tiene un perfil psicológico extremamente egocéntrico, de
carácter muy fuerte y dominante, valga la redundancia porque el anarquismo es
anti autoridad, es impecable e indomable en sus ideas, y como buen egocéntrico está
lleno de pre conceptos inamovibles, pre conceptos del ideario anarquista .
Y así su indomable impulso hacia
la libertad individual, a la que confiere un valor absoluto y egocéntrico, incluso anulando
el concepto socialista de la libertad que supedita el interés colectivo al interés
individual o minoritario. De ahí se entiende que un buen anarquista desprecie
los valores socialistas de la colectividad, que suelen justificar y promocionar
la autoridad y las medidas autoritarias sobre las minorías para defender a las mayorías.
(La mal llamada “dictadura del
proletariado”) Cosa, por otra parte que es y ha sido común en el proceder de
las sociedades civilizadas y democráticas.
El centro de su mundo es su ego, su
individualismo, todo lo ve a través de su ego. Aunque este modelo de anarquista
no suele ser muy común, pero si el que suele destacar. Aquí con este individualismo extremo se puede
entender también su fobia por el marxismo, al igual que su desprecio por el
capitalismo. Este aspecto del anti los dos extremos es digno de analizarlo
porque explica bastante bien las enormes
contradicciones que acarrean sus ideas.
Odian al comunismo, dicen porque no
aceptan ninguna dictadura ni tampoco la “dictadura del proletariado” (termino manqueado
y desnaturalizado por el Sistema, que lo sigue utilizando como arma ideológica,
ya fuera de contexto) “dictadura”, término que nunca dejara de ser aquellas formas de controlar y evitar los inevitables movimientos
contrarrevolucionarios por parte de la burguesía.
Y esta fobia del anarquismo hacia las formas “duras” preventivas contra los enemigos de la revolución,
sugiere una gran duda sobre el “método” y la denominación que
el anarquismo daría al hecho de tomar esas medidas contrarrevolucionarias para evitar la implantación de las
transformaciones sociales. Como se
podría evitar que el enemigo se organice, haga proselitismo agresivo, se arme,
conspire y ataque unos posibles
cimientos del anarquismo. O quizás piensan que la burguesía no se va revolver y
va permitir las trasformaciones sociales sin más.
Y el mismo planteamiento
podremos hacer hacia su rechazo al Estado como estructura de poder, como
herramienta estratégica imprescindible para la construcción del socialismo. Es
como si adoraríamos el vino y rechazaríamos
la necesidad de un recipiente para la manipulación del líquido,
sería complicado manipular y beber ese vino.
La radicalización contra el estado
burgués, lo es en función de la naturaleza de su sistema endógeno de
explotación del hombre por el hombre y
de sus inhumanas consecuencias. El estado es la herramienta que materializa esas
labores opresivas alienantes y destructivas hacia la sociedad que controla, y que incluye su ideología dominante
Su finalidad es la de controlar y defender el
Sistema de “explotación del Hombre por el hombre”. La de la dominación de la
clase burguesa a la clase trabajadora, que nadie lo dude, y este aspecto, marca
su naturaleza represiva contra sus enemigos de clase.
Cuando cambien las tornas, y sea
la clase trabajadora, la que controle el
estado y lo ponga al servicio prioritario de esta clase, es decir del pueblo mayoritario, no tiene por qué temer la represión, ni ningún
tipo de “dictadura del proletariado”. Los que sí que deberían temer son los elementos díscolos
y contrarrevolucionarios de la burguesía. Ejemplo grafico lo tenemos en el
actual estado burgués. Los elementos revolucionarios que conspiran contra el
estado burgués sí que son perseguidos,
incluso con dictaduras por medio, cuando esas burguesías se han dotado de un
estado dictatorial. Y sin embargo, los adictos al estado burgués, nada tienen que
temer.
Las diferencias cualitativas políticas
están bien claras, independientemente de que ambos utilices el estado como medio
para fines distintos. Sería absurdo prescindir de la necesaria herramienta del
estado, porque las estructuras físicas de este fueron utilizadas por el
“enemigo”, incluidos algunos de sus métodos coercitivos.
Los anarquistas dicen no estar de
acuerdo con ningún tipo gobierno porque creen que este es portador del virus de
la corrupto y el autoritario y tiene el germen de la dictadura, ignorando que
ese germen, es independiente del estado, es intrínseco del propio sistema
capitalista, pues este suele ser el
motor que activa toda su esencia destructiva, el lucro y la avaricia y la
propiedad privada de los medios de producción.
El anarquismo jamás tuvo en la historia un gobierno rector, tampoco lo han procurado
puesto que no son partidarios de ello para
poner en práctica unas formas de ‘Auto gestionar” la sociedad anarquista .Como
no han tenido experiencia queda para la posteridad la gran
duda de cómo podrían llevar a la práctica
sus programas sociales colectivistas, comunitarios, etc.
Pero volvamos a su individualismo,
Bakunin, el máximo ideólogo del anarquismo sobre todo en su vertiente
social estuvo imbuido y comprometido en luchas por un “socialismo”
utópico que incluso le llevaron a la cárcel. Pero esta forma de socialismo
además de utópico en el sentido de una sociedad perfecta, idílica, una sociedad
sin clases, sin patronos, sin mandos, sin organización etc. que seria llevada a cabo por hombres y mujeres de
buena voluntad y de buenos sentimientos. El voluntarismo y el compañerismo
serian las leyes que regirían la nueva sociedad, sin leyes escritas.
. Para Bakunin, los conceptos
poder, dirección, burocracia, eran términos nefastos que la nueva sociedad
anarquista tendría que descartarlos
y suplantarlos por un poder y
una dirección colectiva, alejada de la burocracia,
pues estas estarían todas ellas contaminadas potencialmente.
Estas ideas
colectivistas eran propias de una época histórica determinada, Bakunin murió en 1876, en los
comienzos de la expansión de la
industrialización capitalista época también de los comienzos de una explotación
salvaje a los trabajadores, donde las ideas revolucionarias extremas cuajaban
sin demasiada insistencia, y uno no se imagina como podrían encajar estos “métodos” en el quehacer productivo
en las sociedades industriales modernas. Los defensores del anarquismo
dicen que eso sería aspectos técnicos a resolver en su momento y que lo
importante es la toma del poder por las masas.
De todas formas el papel del
estado como herramienta política cuya función coercitiva y administrativa se
supone que no es infinita, se supone que tendrá fecha de caducidad en un futuro
estado comunista ideal e utópico, tras ser superada la fase del socialismo, donde
la inexistencia de las clases sociales condicionarían la convivencia y la
concordia entre los ciudadanos. “Muerto el perro se acabó la rabia”
Desde el punto de vista del marxismo el Estado
es una herramienta esencial para el poder,
independientemente de que clase
social este en ese poder, y suele
adquirir formas y contenidos de acuerdo
a sus momentos históricos y a sus necesidades clasistas, independientemente de
la clase social que lo gobierne.
Cuando estas clases
sociales hayan dejado de existir se supone que no tendría sentido la existencia del estado y este estado se extinguirá por sí mismo, al
menos tal y como entendemos el estado hoy en día, con sus funciones coercitivas
y de control. Y esta es también una diferencia esencial de entender el estado entre marxistas y
anarquistas, las etapas para llegar al mismo destino. El anarquismo, parece,
que con su impaciencia por conseguir una
sociedad perfecta, quisiera llegar al destino final, saltándose la etapa básica
del estado.
Y también no estaría de más
aclarar que sería demasiado aventurado adelantar las formas del futuro estado
socialista surgido tras la toma del poder por la clase trabajadora. Como decía
la canción, “se hace camino al andar “sabemos a dónde vamos, pero los caminos y
demás herramientas para el viaje hay que construirlas sobre la marcha de
acuerdo a las peculiaridades y condiciones de cada sujeto, y los ejemplos
históricos del vecino nos deben servir como referencia no como copia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario