Nota del editor de este blog.
Por su interés político e ideológico
reproduzco este excelente artículo del
periodista cubano Ironel Sanchez , editor del Blog “LA PUPILA
INSOMNE”. (1) En él se incide en lo nefasto de la naturaleza de los valores del mercado y de la
competitividad en la cultura ideológica del capitalismo. Valores que son presentados por el Sistema como “naturales”
consustanciales al ser humano y hasta necesarios para el desarrollo moderno de
la economía de toda sociedad. Estos “valores”
son expandidos por el Sistema con sus amplios aparatos de manipulación ideológica,
mediáticos , culturales , profesionales
, publicidad, etc. para ser incrustados día
a día en los cerebros de la población
Y lo peligroso es que lo hacen desde la perspectiva
de una presunta necesidad de formación técnica
y profesional para encajar en el “mercado” moderno. Cuando la realidad es que su intencionalidad no deja de ser una vulgar forma de hacer propaganda de
la ideológica política burguesa en su
etapa más agresiva del neoliberalismo y además
cargada de perversión, pues se está pervirtiendo el propio concepto de lo que
es el trabajo humano desde el punto de vista progresista hasta rebajarlo a la mera función mecanicista productiva eficiente y competitiva en el mercado. Simplemente
considerando al trabajador como una
maquina mas del complejo mundo de la producción y del mercado. Deshumanizado y des estructurado a los trabajadores de su
propia condición de trabajador como sujeto de clase social.
Desproveyendo al trabajador y a su función
de crear vienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de la sociedad en su conjunto, relegándolo a la mera
función servil de crear ganancias para “su
patrón” en competencia con las de otros “patronos”. Desvirtuando el valor del propio
trabajo, no como un bien social creador
de riquezas para esa sociedad en su conjunto, sino como un servicio
desvinculado y ajeno a la sociedad y a sus necesidades sino que al servicio de
un “patrón “innecesario y parasitario en
todo proceso productivo, que no precisa de “competidores”
Con el agravante de que el concepto de “trabajo”
ha sido también degradado a los más bajos niveles de des humanización. Donde debería
haber concordia, solidaridad, trabajo en equipo, objetivos comunes etc. solo
hay egoísmo, individualismo, competitividad, insolidaridad, enfrentamiento,
arribismo etc.
Estos son los inconvenientes de la ideología burguesa
propia del capitalismo y su concepción sobre el valor del trabajo, que está
condicionada por la existencia del “patrón” propietario de los medios de producción,
que es la que genera la necesidad de ser “competitivo “con otros patronos. Mientras que en la sociedad socialista, el único,
llamémosle “patrón”, seria el Estado y la función del trabajador sería la de crear bienes y servicios para la población, sin competir con nadie. Porque la función
del Estado como “patrón” no sería en el sentido ideológico burgués de propietario de la fuerza de trabajo generada
por el trabajador , de su plusvalía, sería la de mero administrador del producto
de su trabajo, donde la totalidad de su valor , recaería sobre el conjunto de
los trabajadores, bien en forma de los salarios retribuidos al trabajador por su trabajo y en forma de las prestaciones sociales
que serían administradas por el Estado como único receptor de las plusvalías
o remanentes generados por el trabajo
El Sistema capitalista además de
degradar y deshumanizar el valor del trabajo en sus relaciones laborales , también
deshumaniza el mercado y la distribución delas mercancías vitales que no las
considera para satisfacer necesidades sociales , sino para satisfacer las necesidades
de los propietarios privados de las mercancías y del mercado, que siempre serán las de una minoría
de especuladores , que no dudaran en sacar provecho y ganancia de la miseria y del hambre de millones de
seres humanos.
1 ( 1) http://lapupilainsomne.wordpress.com/
Nosotros, ¿nuestros recolonizadores?
I lroel Sánchez
El
Método (2005) es una película hispano argentina dirigida por Marcelo Piñeyro
que alguna vez exhibió la televisión cubana. Se basa en una obra de teatro de
Jordi Galcerán titulada El método Grönholm (2003). En la película, no he visto
la obra de teatro, un grupo de aspirantes a un empleo son obligados a competir de manera
cada vez más cruel y sacando de sí los instintos más bajos en lo que pareciera
una alegoría del capitalismo contemporáneo.
En estos días me he acordado de El Método. He visto presentar en el
Noticiero Nacional de Televisión un reportaje sobre el inicio del curso escolar
en las universidades cubanas diciendo que estas debían formar "profesionales competitivos",
no competentes, no solidarios, no humanistas, sino competitivos, esa categoría que el neoliberalismo ha
trasladado de las empresas a los seres humanos como si de mercancías, o peor
aún, perros de pelea o caballos de carrera, se tratara.
Como ha descrito el académico Marcos Roitman, "el éxito cultural del neoliberalismo ha consistido en hacer de
los proyectos sociales democráticos, emancipadores y socialistas, una opción
individual de mercado":
"La movilidad social ascendente se transformó en un nuevo proceso
de pauperización. Las desigualdades, otrora combatidas como lacras del
subdesarrollo, fueron reivindicadas, en los países de capitalismo central, como
motor de la competitividad. La diferencia era de interpretación. Una nueva
teoría de la justicia, fundada en la competencia y anclada en la igualdad de
oportunidades para fracasar o triunfar, sirvió de pretexto para declarar la
supremacía del liberalismo político y reivindicar una reforma del Estado de
bienestar capaz de asentar un orden social despolitizado, descentralizado y
desregulado. Los principios de la
desigualdad natural se consideraron aliciente para el advenimiento de una
sociedad ordenada, equitativa y justa, asentada en la economía de mercado. En
ella los emprendedores serían recompensados con el triunfo, y los timoratos,
acostumbrados a vivir de las ayudas de papá Estado, penalizados con el fracaso
y la marginación. La economía de mercado pondría a cada quien en su sitio, sin
otro baremo que las habilidades, imaginación y capacidades de cada quien para
forjarse un futuro. El tópico: Enseñarles a pescar y no darles el pescado, se
extendió como la peste. Los colegios cambiaron las asignaturas de ética y
filosofía por economía aplicada a las finanzas. Estudiantes de 15 años debían
saber operar en valores bursátiles, simular inversiones, buscar dinero semilla
y ser competitivos."
Ese "triunfo" fue un proceso inducido a través de los medios
de comunicación y las universidades que Naomi Klein ha detallado abundantemente
en su libro La doctrina del shock. La necesidad de "profesionales
competitivos" no estuvo nunca en el pensamiento de los padres de nuestra
educación desde Varela, Martí, Luz y
Caballero, Varona... a Fidel y el Ché. El uso, en uno de nuestros más
importantes medios de comunicación, de ese concepto para describir la formación
de nuestros futuros profesionales prueba que el triunfo cultural del
neoliberalismo no nos es ajeno. Sobre ello el General de Ejército Raúl Castro
planteó el 1 de enero de 2014, al connmemorarse el 55 aniversario de la
Revolución:
"En nuestro caso, como sucede en varias regiones del mundo, se
perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal
y de restauración del capitalismo neocolonial, enfiladas contra las esencias
mismas de la Revolución Socialista a partir de una manipulación premeditada de
la historia y de la situación actual de crisis general del sistema capitalista,
en menoscabo de los valores, la identidad y la cultura nacionales, favoreciendo
el individualismo, el egoísmo y el interés mercantilista por encima de la
moral."
Raúl también denunció en la misma intervención "la permanente
campaña de subversión político-ideológica concebida y dirigida desde los
centros del poder global para recolonizar las mentes de los pueblos y anular
sus aspiraciones de construir un mundo mejor." Como una metáfora terrible
de cuán lejos se puede llegar en esa recolonización, el mismo espacio mostró como
un éxito del programa de restauración en el Valle de los ingenios en Trinidad a
una mujer vestida a la usanza de los
esclavos africanos traídos a Cuba por el colonialismo español empujando un
trapiche azucarero para diversión de los turistas. No en una película, no en un
grabado de época, sino el trabajo esclavo reproducido con seres humanos por una
empresa estatal socialista.
A ocho meses de aquella clarinada de Raúl, es lamentable que sean
nuestros medios e instituciones los que en ocasiones le hagan el trabajo de
recolonización al enemigo. Tal vez habrá quien juzgue este texto como contrario
a las necesidades que impone el mundo contemporáneo. Sin embargo, parece ser
que lo que mejor prepara a las personas para insertarse en ese mundo es la
educación humanista, solidaria, gratuita y universal que ha defendido desde La
historia me absolverá la Revolución cubana. Así
lo dice un reciente estudio del Banco Mundial al plantear que "la
mayoría de los profesores latinoamericanos no provee instrucción de calidad a
sus estudiantes como para prepararlos para un mundo cada vez más
competitivo".
Luego de evaluar 15.000 aulas de 3.000 escuelas primarias y secundarias
de 7 países de la región, la ilustre institución que promovió el Consenso de
Washington y que por orden de Estados Unidos no puede dar créditos al gobierno
cubano reconoce que "ningún país de la región, a excepción de Cuba, puede
considerar de alta calidad a sus maestros en comparación con parámetros
mundiales".
¿Nuestra educación no tiene problemas? Sí, y no pocos, pero no los va a
resolver utilizando acríticamente el aparato conceptual del neoliberalismo,
sino profundizando en la tradición pedagógica cubana y buscando críticamente lo
más avanzado del conocimento donde quiera que esté pero con los pies en lo que
ya hemos conquistado y que para muchos otros son sólo quimeras. Y una parte
esencial de esas conquistas es, en palabras de Fidel en su concepto de
Revolución: "ser tratado y tratar a
los demás como seres humanos…" no como un caballo de carreras o uno de los
protagonistas de El Método. Eso es lo que hacen los médicos graduados en las
universidades cubanas en todas partes del mundo y por eso la servicios de salud
cubanos están entre los más competitivos y los que reportarán al país este año
los mayores ingresos por exportación.(Publicado en CubAhora)
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