miércoles, 15 de mayo de 2013

TEMAS PARA EL DEBATE INSURGENTE (3) las clases sociales burguesia, y proletariado


                                   LAS   CLASES  SOCIALES;  LA BURGUESIA Y EL PROLETARIADO
                                                                                        Dominantes y dominados
  El sistema capitalista no se ha mantenido en el poder durante siglos por razones supuestamente divinas ni de orden natural tal como sus ideólogos profesionales  suelen contarnos. El método para  mantenerse en el poder, en aquellos estados bajo su control, dominando absolutamente todos los resortes de la política  de la economía y de la cultura, lo ha sido por medio de dos instrumentos fundamentales,  el ideológico; el engaño y la manipulación, y cuando este falla, recurre a el militar; la fuerza bruta y coactiva.

         
                 Y es  así por una razón simple e universal, porque el sistema capitalista se basa en la explotación del hombre por el hombre, en dominantes y dominados. Los dominados se apañan  con lo que les toca y los dominantes  crecen y se desarrollan  pues se apropian  de los frutos producidos por la fuerza del trabajador o dominado,  además de  degradar a este, al nivel de máquinas, productivas. Y esta realidad hay que ocultarla, disfrazarla,  maquillarla y explicarla como  otra cosa totalmente  diferente, asumible y amable, para que los dominados la traguen sin más.

                 Y aquí ya estamos entrando en el terreno de las ideologías, concepto este, que el poder dominante de la burguesía crea y le da forma intelectual e ideológica, que será el arma  que va emplear como instrumento para adoctrinar y domesticar a la clase dominada. Y a esta arma suele  llamarse ideología dominante, pues es la ideología que va imperar en la sociedad en forma  de valores, obligaciones, leyes,  estereotipos, etc. para explicar y justificar positivamente el orden dominante establecido.
              . Y esta ideología suele fundamentarse en la exposición y explicación, casi siempre en tergiversaciones de la realidad, social, política y económica circundante y que raramente suele ser objetiva pues su finalidad suele ser  la de favorecer  a los intereses y privilegios de la clase dominante y, lógicamente, en perjuicio de la clase dominada.
               Así  podremos comprender ese dicho de que en toda sociedad “la ideología dominante es  la ideología de la clase dominante”   y es por esto que  la clase trabajadora asume esta ideología, tragando engullendo y digerido todas sus mentiras aceptando su explotación y degradación,  como algo natural, digno  y sempiterno, pues tal es y ha sido el poder que los dominantes disponen con sus mecanismos de control y manipulación para desvirtuar la realidad deformándola.
         La burguesía  en su  falso discurso político e ideológico, ignora la existencia de clases sociales o lo minimiza al máximo  pues  les incomoda  y perjudica enormemente  que los dominados conozcan esa realidad , y es por eso que el sistema se desgañita a diario con todo su aparato Estatal y sus poderes para ocultar su existencia   Sin embargo  no les incomoda en absoluto  su  existencia misma ,  sino todo lo contrario ,pues esta realidad es la causa  de que  ellos, la clase capitalista  , se de la gran vida a costa de la clase trabajadora.
                              Definición y diferencias de las clases sociales
            Leemos en la Enciclopedia cubana Ecured (1) la definición más objetiva y afín a una visión desde la izquierda. ; “Grupo que forma parte de un sistema de clases, es un tipo de estratificación social en el que la posición social de un individuo se determina básicamente por criterios económicos. El sistema de clases es típico de las sociedades industriales modernas”…..“Un sistema de clases es, por tanto, una jerarquización colectiva, donde el criterio de pertenencia lo determina la relación del individuo con la actividad económica, y principalmente, su lugar respecto de los medios de producción y dicha condición puede estar estrechamente correlacionada con la herencia familiar.”

            Y así  ocurre que la pertenencia a la clase trabajadora o a la clase burguesa ya estará marcada tras el nacimiento de un individuo que determinara su futuro. Si naciera en el seno de una familia proletaria, su destino será siempre  el de pertenecer a la clase productiva y dominada, Y si por el contrario si ha nacido en una familia de burgueses acomodado, su destino  será el de pertenecer a la clase  especulativa y dominante.

        Conviene matizar los conceptos de clases “dominante “y “dominada” que aunque la “ideología dominante” implantada por la burguesía en la sociedad, no  menciona estos términos,  intencionadamente claro, para crear la ilusión de la concordia  entre las  clases, esta existe en todos los estamentos del Estado burgués. El dominio de una clase por la otra está latente en todas las expresiones de la sociedad burguesa; laborales, ideológicas, legislativas y políticas. Es el factor de clase social el condicionante fundamental  que va a marcar  el devenir de las dos clases sociales, Independientemente de circunstancias excepcionales que a veces  se saltan la norma. Excepciones  en las que el sistema se apoya para darnos lecciones del “posibilismo” que ofrece el sistema capitalista para que los obreros alcances el “estrellato” del triunfo económico, ( haber sido afortunado con la  lotería por ejemplo, ) y así conseguir desprenderse del “fatídico” estigma de pertenecer a la clase obrera.

               Este “posibilismo” de cambiar a  una  clase social superior en el escalafón social, no deja de ser una sarcástica burla  al cruel destino que el sistema capitalismo ha relegado a la clase proletaria, utilizando casos excepcionales y casi milagrosos de desclasamiento como argumentos para negar el “estigma” de la clase trabajadora a la que el sistema le relega. 

                                                        La clase capitalista
 Pero además existe otro aspecto  singular entre ambas clases  y es que se le confiere  al propietario de los medios de producción capitalista la facultad de ser  quien absorba el valor total de la producción,  haciéndose también  propietario y con los derechos de usufructo de un trabajo ajeno, hecho por los trabajadores. Hay quien dirá justificando esto, “pero el trabajador ya recibió su pago por el trabajo efectuado, y además el propietario aporto la parte más costosa del proceso productivo, sobre todo el capital, luego, tiene derecho a llevarse la mejor parte de la ganancia,”  Este argumento tendría cierto sentido, si ese capital, que ciertamente es un factor base de la economía y el desarrollo, no hubiese sido también producido y generado por la fuerza del trabajo de la clase trabajadora. Porque el capital es el fruto de la acumulación de las ganancias ,o excedentes en la producción, la llamada plusvalía, un valor que el trabajo no remunerado al productor asalariado crea por encima del valor de su salario y que se apropia gratuitamente el capitalista. Es la forma específica que adquiere el plus producto bajo el modo de producción capitalista es la que forma la base de la acumulación capitalista

                 Luego podemos decir  que en las relaciones de producción  controladas por los capitalistas hay una tremenda y desproporcionada relación en la equiparación y distribución de los fruto del trabajo que es efectuada  por la parte trabajadora, y absorbida ´por la parte capitalista.  Y ya solo por esto, hace que consideremos no solo innecesaria su existencia sino que además, inmoral y usurpadora, pues el capitalismo existe gracias a la apropiación fraudulenta del capital generado por la clase trabajadora.

               Porque esta clase capitalista, además de ser una clase intermedia e innecesaria se aprovecha y desvía enormes recurso económicos en su provecho parasitario. Y para colmo el estimulo o motor que mueve y dinamiza su forma de entender la economía, lo hace en función de parámetros del lucro  avaricia  y ganancia personal, incluso  a costa de la ruina de la  colectividad, como ahora lo estamos sufriendo. Y este espíritu  de lucro a cualquier costo, distorsiona los procesos productivos  creando grandes desigualdades sociales. Su razón de existir como clase social, no  es para satisfacer las necesidades de la inmensa masa social, sino que para aprovecharse de esta , para acumular capital cuyo fin último  es para satisfacer los rastreros y primarios instintos de su clase  minoritaria, podrida ya  de tanta acumulación y rapiña, siempre a costa del trabajo y el sufrimiento del trabajador

           Y siendo la clase capitalista hegemónica la que controla el Estado y el poder político, su influencia como clase social, transciende mucho más allá del ámbito empresarial y económico para invadir el poder político, donde siempre estuvo desde que se consolido como clase social dominante. Y en la actualidad, sus hechos y  consecuencias desastrosas en la  economía  y en las políticas están sumiendo al mundo controlado por ellos, en el caos y la angustia.

             Estamos viendo ahora, la absoluta falta de dignidad e humanidad en esta clase parasitaria. Vemos como arroja seres humanos a la basura de la indigencia y la desesperación, pues ya son meras herramientas inservibles. Vemos  como familias enteras son despojadas de su dignidad de su hogar y de sus asistencias básicas. Vemos  como provocan suicidios en serie, sin inmutarse , ocultando  su bajeza y su miseria en el anonimato del grupo y en el Sistema, exclusivamente porque de no hacerlo sus cotas de ganancia y lucro personal serian negativas, dejarían de acumular una indeterminado cifra de millones .Vemos también su bajeza de vende patrias , (en realidad nunca  tuvieron otra patria y dios que el capital)  como sin la más mínima vergüenza se doblegan y se someten a jerarquías económicas hegemónicas  extranjeras, como la TROIKA, vendiendo e hipotecando a todo el territorio y a sus gentes humildes.  Esta es la clase la maravillosa clase social capitalista.

                                                        Las  diferencias sociales entre las clases   

                 En las sociedades industriales modernas y plenamente desarrolladas donde ha regido el sistema capitalista  y la separación de la sociedad en clases sociales, esta clases, hace unas pocos décadas atrás en aquel  “idílico” y ya extinto “estado de bienestar” se podría decir que convivían y se movían  entremezcladas y casi confundidas entre ellas, dando incluso la falsa impresión de la concordia entre las clases. A diferencia de décadas atrás donde la segregación social era más notoria. Y la juventud, salvo algunos  signos  externos de diferenciación, vivienda, coche, y lugares restrictos de reunión, en la calle, casi ni se  apreciaba sus diferencias externas, que les definan como clases sociales diferenciadas. Esa ha sido siempre  la intencionalidad del sistema, crear una ilusión de una sociedad sin clases.

         Y esto ocurría hasta el cenit de aquel  “estado de bienestar”. Y que nadie piense que fue consecuencia de  las posibilidades “positivas”  que generaba el  propio sistema capitalista, nada de eso, solo fue una falsa ilusión, más bien una trampa embaucadora para engatusar y engañar a la clase trabajadora. Enormes masas de trabajadores, sobre todo autónomos, idiotizados  por cantos de sirena burgueses, se creyeron aquello de que ya habían “triunfado” al alcanzar el escalafón  social  de “clase media” acomodada. Y aprovechándose de la trampa mortal del señuelo inmobiliario, incluso se embarcaban en inversiones estimulados por los prestamos-trampa, vanagloriándose de su “alto “estatus entre sus vecinos y amigos a los que consideraban unos simples trabajadores “fracasados”.
              Todos sabemos el final de la mayoría de aquellos “triunfadores” y de sus sueños de “clase media”, y del  lugar a donde fueron aquellos “valores”. Debemos incidir en lo grotesco y disparatado que supone pretender alcanzar  un status , el de la burguesía dominante , el de una clase social que engorda y crece precisamente exprimiendo a los propios trabajadores, y acabar al final, siendo una victimas mas de ellos.

           El sistema, a través de sus amplios mecanismos  de ideologización, siempre ha tenido como objetivo estratégico y fundamental la desestructuración ideológica de la clase trabajadora, La de desproveerle de su propia naturaleza de clase, utilizando mil argucias y artimañas. Una de ellas es que se identifique con la clase dominante, como referente y estatus a alcanzar. El concepto de “triunfador” tan machaconadamente repetido por sus medios políticos culturales y mediáticos, es un ejemplo grafico de su ideología.

             Y así se pretende degradar a quien no ha alcanzado el status económico del estereotipo de “triunfador.” Pretendiendo que cale la idea de que el trabajador asalariado  será siempre un “fracasado” para que no se integre en su condición de clase. Intentara que el trabajador confunda su integración de clase o su conciencia de clase, con una presunta resignación peyorativa a su condición de trabajador.

          Y que nadie dude que en esta actitud manipuladora siempre haya una intencionalidad alienante programada por el Sistema,  cuyo trasfondo suele ser difuminar la realidad de las diferencias de clases. Se pretende que el  inconsciente acepte la idea de que no existen clases sociales, de que su diferencia no es estructurales y políticas, sino meramente formales y que pueden ser superadas indivisamente con el esfuerzo individual y personal, afirman. Y en este afán por desestructurarle  de su medio y de su condición, al trabajador se le intenta embaucar con ejemplos y modelos a imitar de “triunfadores” de clase humilde que han llegado a la “cima”, económica y de fama con la doble finalidad, la de promocionar el “posibilismo” del Sistema, donde todos pueden “triunfar” y desclasarse, y también el de despertar los instintos primarios del egoísmo y la insolidaridad.

         

 


                     

                                    
 

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